El 11 de septiembre de 1988, casual y merecidamente el «Día del Maestro», Hugo Orlando Gatti jugaba, sin saberlo, su último partido oficial en Primera División.
Esa tarde, en La Bombonera, quiso anticiparse a una jugada, como en tantas otras ocasiones, salió hasta el borde del área, y Silvano Maciel lo anticipó, lo esquivó y clavó el gol con el cual Deportivo Armenio se dio el gusto de ganarle a Boca 1 a 0.
Durante la semana siguiente, el «Pato» José Omar Pastoriza, DT del xeneize de entonces y amigo personal del «Loco», decidió que en el partido siguiente debute, nada menos que contra River en el Monumental, el joven Carlos Navarro Montoya (victoria de Boca 2 a 0, goles de Perazzo y Graciani).
Atrás quedaron 46 años (26 en Primera), 765 partidos oficiales e interminables situaciones que le arrancaron sonrisas hasta al más serio. Ese era, es, el Loco Hugo Orlando Gatti, uno de los últimos grandes ídolos que tuvo el fútbol argentino.
Además de la posibilidad de observar el partido en vivo, pagar una entrada para ver a Boca significaba pagar para verlo Gatti, que venía incluído en el precio y que nunca defraudaba, aún cuando el equipo jugaba mal.
Gatti era espectáculo, magia, show, locura. Un adelantado a su tiempo, que salía constantemente a jugar con los pies, muchos años antes de que sea obligatorio para los arqueros hacerlo ante un pase atrás de un compañero. Podía salir hasta la mitad de la cancha y dársela a Perotti para que haga el gol (como sucedió ante Unión en 1981). O atajar un fuerte remate de un jugador de Platense arrodillado, y que la pelota quede entre las piernas (como pueden ver en el video). O, atajando para River, sacarle la lengua a la hinchada de Boca, y, en el mismo partido, ganarse una ovación tras barrer el área con una escoba que le tiraron desde esa misma tribuna. O tomarse unos sorbos de grapa durante un amistoso de la Selección Argentina en Rusia, «para combatir el frío»…
La única vez que lo vi en persona, durante una pretemporada de verano, el tipo estaba descalzo en el comedor del hotel. Y cuando le preguntarlo la hora, se cruzó de piernas, y se fijó la hora… en el reloj que tenía abrochado en el tobillo… Un personaje con todas las letras.
Se cumplieron 20 años sin Hugo Orlando Gatti. El Loco. El eterno. «El que ataja el tiempo» (como decía Víctor Hugo). Y si bien para el tango «20 años no es nada», para el fútbol, 20 años sin él, es mucho.
Gracias por todo Loco. Se te extraña una barbaridad.
el showman mas grande que dio el futbol Argentino. Apenas Burgos y Comizzo llegaron a imitarlo dignamente…
abrazo
Buen post como siempre. Saludos
Buena nota, yo lo vi, recien llegado a Boca (1976?), en un tiro libre al palo de él, de rastron, sacarla de volea con el pie.Creo que contra Colon.
Pila de años.El pase a Perotti,¿no fue contra Estudiantes?
¿En alguna ocasión, no se polemizó sobre si podia o no usar la vincha y la AFA de los militares le prohibio usarla algunos partidos?
Eso generaba el loco, ganas de ir a la cancha, esperando algo diferente…fuera del libreto .
Buen ejemplo en estas epocas de reinvindicacion de la disciplina y el orden, de los esquemas y los roles asignados.
A Gatti lo ponian de arquero pero él jugaba a la pelota.
Hoy eso no se puede…
El Loco es un genio. Yo era pequeño y lo ví desviar un tiro con el codo. Si mal no recuerdo fue contra All Boys, allá por el ’76 o ’77.
Todavía recuerdo el inolvidable partido contra Newells por la Libertadores. Él sólo se cargó el equipo al hombro terminó ganando Boca por goleada después de ir abajo en el marcador. El tenía esas cosas.
Dónde se pueden conseguir imágenes de esas «proezas»?